viernes, 27 de febrero de 2009

Robert Johnson y la maldición del 27


Cuenta la leyenda que Robert Johnson, un músico mediocre, que misteriosamente, de la noche a la mañana, logró convertirse en el mejor guitarrista del Delta del Mississippi, cuyos largos dedos demostraron un conocimiento musical que iba más allá de su edad y la época (frecuente aptitud en los genios).

Pero su bio nos dice que al cumplir los años 20 comenzó a demostrar un gran interés por la guitarra y empezó a frecuentar los clubes en los que observaba con cuidado a los guitarristas de la zona. Johnson buscó asesoramiento en un músico con cierto renombre, Willie Brown, quién trató de ayudar en todo lo que pudo al joven aspirante y le acabó de enseñar los trucos y técnicas de la guitarra y que empleó la mayor parte de su corta vida en perfeccionar su destreza como bluesman, viajando por el Delta del Mississippi e incluso por Canadá y Nueva York. En febrero de 1929 se casó con Virginia Travis, ella quedó embarazada, pero la tragedia marcó a Johnson cuando Virginia y el bebé murieron en el parto en abril de 1930, ella tenía apenas 16 años, este duro golpe lo traslado de un zarpazo al lugar donde las musas reparten la baraja.

No existen pruebas de los vínculos de Johnson con las artes ocultas de la magia negra, sin embargo, la mayor parte de los testimonios coinciden en afirmar que sobre el escenario irradiaba un halo mágico que cautivaba al público, cantaba con una dicción levemente apagada, con una voz apasionada, agonizante y muchas veces afectada, pero el rielar de su guitarra cegaba los oídos más expertos. Los temas persistentes en sus blues eran la desesperación religiosa y los demonios interiores, también describían imágenes de degradación y de desinhibida sexualidad, en algunas de sus canciones Johnson hace alusiones a ese posible pacto, en "Cross Road Blues", por ejemplo, se habla de un CRUCE DE CAMINOS que muchos consideran como el lugar señalado para su encuentro con Lucifer, aunque no se habla de ningún pacto. Por otra parte, en "Me and The Devil Blues", lo deja claro: "Early in the morning, when you knock at my door/Early in the morning, when you knock at my door/I said Hello Satan, i believe it's time to go".

Un músico creativo y genial.


Posiblemente, se trata del artista de blues más influyente de todos los tiempos. En dos sesiones de grabación, Johnson dejó estampada toda su obra. Éstas se llevaron a cabo el 23, 26 y 27 de noviembre de 1936, en una habitación del Hotel Gunter de San Antonio (Texas) y, posteriormente, el 19 y 20 de junio de 1937, en un edificio de oficinas de Dallas. Son once los discos de 78 r.p.m. que se editaron durante la vida de Robert Johnson, uno más se conoció una vez que la vida del músico se había apagado. Su obra alcanzó un total de 29 composiciones, dos más que su propia vida en años. Compuso algunas de las canciones más importantes de la historia del blues, como Crossroad Blues, Come on in my kitchen y Sweet Home Chicago.Dos años más tarde, cuando su virtuosismo y magnetismo lo habían convertido en el mejor músico de la región, murió envenenado por un hombre celoso que creía que le estaba haciendo la corte a su mujer, mientras tocaba en un bar de Greenwood, en el mes de agosto de 1938.

Cincuenta años después de su muerte, una reedición de todas sus grabaciones fue disco de oro y consiguió un premio Grammy.

Tenía 27 años.

El 27 es un número familiar para algunos genios de la música, ya que artistas como Jimmy Hendrix, Jim Morrison, Janis Joplin, Brian Jones, Kurt Cobain, Alan "Blind Owl" Wilson, Gary Thain, Amy WineHouse, o en este país, Cecilia o Ray Heredia, tuvieron su trágico final a esa misma edad y pertenecen, como no, a este club de los malditos.

Tengo que contaros que me sentí especial al crear el collage de Robert, la acertada mirada, su irónica sonrisa y ese halo de sorna que fluye en las pocas fotos que existen de él, han incubado algo en mi Alma Farolera que antes no coexistía, nadie sale indemne de este club.


Sweet Home Chicago

Crossroad blues

Rambling on my mind

Love in vain

Come on in My Kitchen

Me And The Devil Blues

En la peli The Blues Brothers la genial interpretación de Belushi en su salsa y un Dan Aykroyd electrico, hicieron una simpatica versión de versiones de su Sweet Home Chicago.

sábado, 21 de febrero de 2009

Baudelaire


En cualquier lugar, incluso como papel del aseo, se puede encontrar su biografia, pero ese no es mi pacto, mi pacto es un acto de ruptura.


Es en momento del poeta derrotado al vicio, prostitución y la droga, y solo encuentra hastío, anhelando la belleza.

Once poemas y una dedicatoria a su maestro y amigo Theophile Gautier

La Fuente de sangre

A veces siento mi sangre correr en oleadas,
lo mismo que una fuente de rítmicos sollozos;
la oigo correr en largos murmullos,
pero en vano me palpo para encontrar la herida.

A través de la ciudad, como un campo cerrado,
va transformando las piedras en islotes,
saciando la sed de cada criatura,
y coloreando en rojo toda la natura.

A menudo he pedido a estos vinos
aplacar por un solo día el terror que me roe;
el vino torna el mirar más claro y más fino el oído.

He buscado en el amor un sueño de olvido;
mas para mí el amor es un lecho punzante,
hecho para dar de beber a esas putas crueles.

La metamorfisis del vampiro

La mujer nos decía con su boca de fresa,
ondulante, acechante, entre sierpe y tigresa,
los senos oprimidos a punto de estallar,
estas palabras que ella dejaba resbalar:
"Yo tengo el labio húmedo y conozco la ciencia
que en el fondo del lecho diluye la conciencia.
Enjuga todo llanto la gloria de mis senos
que hacen reír a los viejos igual que a niños buenos.
¡Y soy para quien sepa contemplarme sin velos
la luna, y soy el sol, las estrellas, los cielos!
Tan docta soy amando, queridos sabihondos,
cuando un hombre aprisiono en mis brazos redondos
o cuando a sus mordiscos abandono mi pecho,
frágil y libertina a la vez, que en mi lecho,
gustador del deleite que raya en frenesí,
hasta los mismos ángeles se perdieron por mí.

"Cuando toda la médula succionó de mis huesos,
y sobre ella rendido quise darle mis besos,
advertí que en sus flancos —todo fue en un momento—
resbalaba un humor viscoso, purulento.
Cerré entonces los ojos de frío y de terror,
y al abrirlos de nuevo al vivo resplandor,
junto a mí, y en lugar del maniquí gozado
que parecía haberse ya de sangre saciado,
temblaba un esqueleto, produciendo un crujido
como el de esa veleta que da un agrio chirrido,
o el rótulo hecho trizas del umbral del infierno
tremolando en el viento de una noche de invierno.

El club de los malditos

Voy a cumplir con Mefistófeles lo prometido
acato el pacto, ex æquo la ley del malnacido
vomitaré las entrañas henchidas de poesía
y escindiré la gangrena que en ellas se tejía

artistas, eremitas, santos, herejes, visionarios,
místicos célebres y adversarios
Condevolney cual Fausto por Aña concebido
dará a luz en estas hojas todo prohibido
o
maldito,
raptando la voz en of , al propio grito.


(El pacto lo hice en la cama,
ergo, haré lo que me venga en gana)